sábado, 6 de agosto de 2011

LA TUBERCULOSIS EN EL PERÚ, TRISTE REALIDAD

Largas colas que dirigen a una muerte anunciada. Este es el caso de miles de peruanos que día a día tratan de hacerle frente a la tuberculosis.
El crecimiento económico no se hace sentir del todo. A diario miles de peruanos conviven con la tuberculosis y se contagian de  esta enfermedad. Pero ¿qué es la tuberculosis? Es una enfermedad infecciosa causada por diversas especies del género mycobacterium, la más infecciosa del mundo. El Perú no escapa a esta realidad y a diario lucha contra la tuberculosis.
Inclusive existen tipos de esta enfermedad donde el tratamiento es incurable para una persona que vive en extrema pobreza. El Perú no posee centros especiales para el tratamiento de esta enfermedad pues la red hospitalaria peruana es deficiente. Los servicios quirúrgicos no están a la par de la enfermedad. Es dramático señalar que en América sólo Perú y Haití superan la tasa de más de cien pacientes por cada cien mil habitantes.
El Ministerio de salud señala que la tuberculosis no se podrá afrontar solamente con aspectos biomédicos.  La TBC tiene que tener un enfoque mucho más amplio, social, político, económico y aseguran que a eso está encaminada la política de este gobierno.
La tuberculosis en el Perú es un problema de salud pública. Una epidemia para la organización mundial de la salud (OMS), Perú es un  país con alto riesgo de epidemia sobre la tuberculosis, superado solo por Brasil.  Si esto se llegara a difundir intencionalmente, puede llegar a ocasionar graves problemas en el turismo y otros recursos del país
Pero lo más grave es que esta enfermedad se vuelve cada vez más resistente, estas cepas de la enfermedad han mutado y es difícil contrarrestarlas Este tipo de mutación se conoce como tuberculosis multidrogo resistente. En el 2006 el Perú tenia 220 casos de tuberculosis multidrogo resistentes (TBC MDR), en este caso superamos a países africanos como Mozambique o Zimbawe.
La injusticia se hace notar con frecuencia a diario, muchos pacientes son marginados, excluidos, la propia sociedad pone su parte y trata mal al paciente.
Este tipo de enfermedad requiere de un tratamiento mucho más largo pues es resistente, en el Perú son pocos los que ganan la batalla.

Lima es el principal lugar donde se ha desarrollado esta enfermedad, el 89 % de casos  está en la capital peruana y no existen fármacos para contrarrestar esto.
Falta de apoyo del Estado y la sociedad
José, trabajaba en Gamarra, sin seguro de salud. Las largas doce horas que cumplía en su labor diaria para llevar el sustento a su familia, le pasaron factura. Posee la tuberculosis multigrodo resistente. Solo espera la muerte postrado en un cuarto, lo único que le da alivio y esperanza es no haber contagiado a sus dos hijos. Cada uno de ellos ha tenido que dejar la casa y vivir con parientes cercanos.
La entrevista es pactada por la mañana, su esposa Martha me prevé de llevar una mascarilla para evitar así un contagio. No fue fácil llegar hasta el lugar situado en lo mas alto del cerro El Pino aquí el frío se siente con más fuerza, alisto la grabadora y empezamos la entrevista.
¿Cuándo te diste cuenta que tenias la enfermedad?
Al comienzo no le di la importancia creí que seria algo pasajero. Luego vinieron los síntomas con más fuerza que me preocuparon. Tuve que dejar el trabajo, caí enfermo y solo ahí me di cuenta de mi enfermedad.
¿Eres consciente de la enfermedad que sufres?
Si. No puedo curarme el seguro no me ayuda, la demora se da en todo. Lo que más me preocupa es mi familia, mis hijos.
¿Crees que pudiste evitar esta enfermedad?
La verdad si, nunca he sido de las personas que van a los hospitales ni siquiera conocía de este tipo de tuberculosis. Tampoco me preocupé a pesar de mi estado seguí trabajando y eso fue lo que me trajo esta enfermedad terminal.
¿Qué es lo que le pides al Estado crees que se está dando un buen  trato a los enfermos como es tu caso?
En el tiempo que he estado recibiendo ayuda del Minsa nunca he visto un verdadero apoyo, no tienen algunas pastillas y se tienen que reprogramar. Esto me afecta y afecta a otros como yo. Somos gente humilde, mi esposa no tiene un trabajo seguro y la ayuda que recibo son de mis hermanos.
¿Cuánto tiempo llevas tratándote?
Ya llevo dos años. Estoy viendo si puedo mudarme a otra casa, ya que el frío de aquí a uno lo empeora.
¿Guardas alguna esperanza?
La verdad solo espero que cuando yo no esté a mi familia no le falte nada. Mis hijos ya están grandecitos, felizmente no tienen esta enfermedad y bueno solo me queda decir la verdad: cada día pierdo más las esperanzas. He bajado ya 14 kilos. (Me muestra una foto y quedo desconcertado)
Las colas de nunca acabar
Por las mañanas José debe bajar ayudado de su esposa las escaleras del cerro El Pino después de bajarlas debe caminar tres cuadras más hacia el paradero poco a poco llegan al destino, toman un bus y al subir a este reciben desde muy temprano, lo que para una persona es peor que la enfermedad: la indiferencia. Muchos se niegan a sentarse o darle la mano, su aspecto acabado por la enfermedad hace que la sociedad y sus propios vecinos lo miren con temor. Es cierto es contagioso pero a veces la exageración va por delante.
Llegan a la posta de La Victoria, donde deben al igual que otros pacientes hacer largas colas por algunos minutos de atención. Ahora con este invierno y las bajas de estas temperaturas, José deberá doblegar sus fuerzas si quiere llegar a verano.
Hecha la cola que empieza desde las seis de la mañana y termina a las once. José es llevado a casa por su esposa. Ella debe ir a trabajar: lava ropa a un vecino o a veces vende chocolates en las calles. José debe velar por si mismo. El dice que varias veces ha resbalado las escaleras en la subida a su casa pues vive en lo más alto del cerro. Su casa no es propia vive como guardián. Es así como un enfermo de bajos recursos hace frente diariamente a la enfermedad.
SIN PASTILLAS EN EL PAÍS
Casi todos los medicamentos para el tratamiento de la tuberculosis MDR se importan. “Las farmacias nacionales no están interesadas en producirlos. Quienes necesitan estos medicamentos no pueden pagar por estas medicinas”. No es un tema de patentes sino de mercado. Y sin mercado no habrá oferta.
El Estado Peruano invierte por cada paciente con TBC simple US$160. Si es un paciente MDR el monto alcanza los US$3.500. El tratamiento de un XDR supera los US$25.000 a precios comerciales. (Fuente Minsa)
Hasta el momento aquí no existen medicamentos para XDR, a estos pacientes se les plantea un conglomerado de antibióticos que también se recetan a los MDR. “Se les da todo lo que hay. No se puede hacer más”.
Con este esquema la probabilidad de que el paciente supere la enfermedad es de solo 50%.Con todo esto es muy probable que mi entrevistado logre vencer a la enfermedad, su estado es grave, antes de despedirme prometo visitarlo, espero que supere este invierno, no el clima sino la indiferencia del Estado, de la sociedad. (Escribe: Hans Mamani M.)

miércoles, 3 de agosto de 2011

DRAMA DE UNA FAMILIA CON TBC MDR

Por LIZ HUILLCA LLAMOCCA
Un año después de la muerte de su progenitor, Elena y Verónica  descubrieron que al igual que sus padres sufren de Tuberculosis Multidrogoresistente - TBC MDR. La situación por la que atraviesan es crítica pues los dos hijos de Elena también se contagiaron.
Ellos crearon su propio mundo, un mundo en el cada uno de sus proyectos, y miradas hacia el futuro se hacen cada vez más ficticios. “A veces irrealizable” comenta Verónica, una joven de 20 años, mientras pierde su mirada en los cerros de Manchay. Es una mirada triste, una mirada de desesperanza, una mirada que pide ayuda.
El caso de esta familia entera contagiada de TBC no es usual. Ellos están aislados por la seguridad de sus vecinos, sufren la discriminación de una sociedad que no conoce de piedad en estos casos.
Su casa cercada con cartones y maderas es todo un reducto, tras el cual los miembros de la familia se resguardan del rechazo de la población. La calle que pasa frente a su casa es poco transitada, son pocas las personas que realmente les brindaron su apoyo.
FAMILIA CONTAGIADA
Son cinco los miembros afectados de esta familia. Todo surgió a partir del fallecimiento del padre, Teodoro quien murió hace un año sin un diagnóstico médico. La falta de recursos es un tema constante en esta familia. Su situación de extrema pobreza también es una característica en Manchay.
“Apenas nos alcanza para comer, cuando mi padre murió recién nos enteramos que tenía TBC. Nos recomendaron hacernos una prueba para descartar el contagio pero no teníamos ni para los pasajes a la posta. Recién nos enteramos de que toda la familia tenía la enfermedad cuando se presentaron los síntomas en mi mamá”. Relata Elena, la hija mayor de esta familia, quien además a sus 25 años tiene dos hijos quienes también esta contagiados.
María y Raúl, de 4 y 6 años respectivamente, son los pequeños afectados por esta enfermedad, ellos aun no son conscientes de su situación y piden salir a jugar con los demás niños. No pueden llevar una vida como todos porque las personas no los ven como normales. A donde vayan siempre alguien les mira de reojo y “tener tantas miradas encima es muy vergonzoso” dice llorando la madre de los niños.
Ellos sienten que la sociedad los ha obligado a aislarse, no les dan trabajo, no pueden trabajar por su cuenta. Viven de la solidaridad de La Divina Providencia, un centro médico dedicado a apoyar a personas con esta enfermedad.
UNA DIVINA PROVIDENCIA
Esta familia vio una luz en su camino cuando acudieron a “la Divina Providencia”,  centro médico social que se dedica a combatir la TBC desde 1993 en Manchay y es a  través de esta labor que la familia viene siguiendo un tratamiento para acabar con la TBC MDR.
Esta institución cuenta con un comedor para pacientes con TBC, lo cual hace que el tratamiento sea más controlado. Ellos les proporcionan además los medicamentos gratuitamente.
Además cuentan con talleres de corte y confección  así como talleres de manualidades para quienes no tienen ningún grado de instrucción. De esta manera pretenden apoyarlos pues pueden aprender diversos oficios para que produzcan en casa y  luego vendan sus trabajos manuales o sus confecciones.
La labor que realiza todo este equipo es impulsada por la doctora Guadalupe Lescano y por el padre René Roschy, quienes día a día impulsan y convocan el trabajo de los voluntarios, tan importante en estos casos para un adecuado tratamiento.
Guadalupe Lescano dice “sin el personal voluntariado no podríamos realizar todo lo que nos proponemos porque son ellos quienes chequean que el tratamiento se lleve de la mejor manera. Convocamos  los jóvenes y pobladores de Manchay a participar de esta actividad que a mi parecer es muy provechosa porque evitamos que mas manchaynos se contagien”.
UNA SIGLA QUE DA MIEDO: MDR
La tuberculosis multidrogoresistente es conocida por la resistencia que presenta ante los dos principales antibióticos usados contra esta enfermedad. El tratamiento dura casi un año y se necesita por lo menos 7 antibióticos y un inyectable al día. En el Perú hay 1.708 casos de TBC - MDR.
Sin embargo existe otro tipo de TBC que ha avanzado silenciosamente: una cepa potente a la que no le afecta ningún antibiótico: la XDR, extremadamente resistente.
“El Estado Peruano invierte por cada paciente con TBC simple US$160. Si es un paciente MDR el monto alcanza los US$3.500. El tratamiento de un XDR supera los US$25.000”, según Oswaldo Jave, coordinador de la estrategia de lucha contra la tuberculosis del Ministerio de Salud y uno de los médicos que más ha estudiado esta enfermedad.
Además cabe resaltar que un enfermo sin tratamiento puede contagiar a 15 personas en un año. Cada 3 o 4 horas alguien enferma de TBC en el Perú. Es por ello la importancia del tratamiento y las recomendaciones para evitar que el bacilo de koch se expanda. Debemos llevar una alimentación adecuada, basada en carbohidratos, vitaminas y minerales, verduras y proteínas. Además debemos de mantener los ambientes ventilados, ventanas abiertas y con una circulación del aire regular.
Esta familia contagiada de TBC solo son un ejemplo de los muchos casos que existen en el Perú, algunos aun más críticos. Es por ello la importancia de un diagnóstico anticipado de la enfermedad para así iniciar un tratamiento adecuado y a tiempo. Esta enfermedad es contagiosa pero no incurable, solo depende que tan pendientes estemos de nuestra salud.