miércoles, 3 de agosto de 2011

DRAMA DE UNA FAMILIA CON TBC MDR

Por LIZ HUILLCA LLAMOCCA
Un año después de la muerte de su progenitor, Elena y Verónica  descubrieron que al igual que sus padres sufren de Tuberculosis Multidrogoresistente - TBC MDR. La situación por la que atraviesan es crítica pues los dos hijos de Elena también se contagiaron.
Ellos crearon su propio mundo, un mundo en el cada uno de sus proyectos, y miradas hacia el futuro se hacen cada vez más ficticios. “A veces irrealizable” comenta Verónica, una joven de 20 años, mientras pierde su mirada en los cerros de Manchay. Es una mirada triste, una mirada de desesperanza, una mirada que pide ayuda.
El caso de esta familia entera contagiada de TBC no es usual. Ellos están aislados por la seguridad de sus vecinos, sufren la discriminación de una sociedad que no conoce de piedad en estos casos.
Su casa cercada con cartones y maderas es todo un reducto, tras el cual los miembros de la familia se resguardan del rechazo de la población. La calle que pasa frente a su casa es poco transitada, son pocas las personas que realmente les brindaron su apoyo.
FAMILIA CONTAGIADA
Son cinco los miembros afectados de esta familia. Todo surgió a partir del fallecimiento del padre, Teodoro quien murió hace un año sin un diagnóstico médico. La falta de recursos es un tema constante en esta familia. Su situación de extrema pobreza también es una característica en Manchay.
“Apenas nos alcanza para comer, cuando mi padre murió recién nos enteramos que tenía TBC. Nos recomendaron hacernos una prueba para descartar el contagio pero no teníamos ni para los pasajes a la posta. Recién nos enteramos de que toda la familia tenía la enfermedad cuando se presentaron los síntomas en mi mamá”. Relata Elena, la hija mayor de esta familia, quien además a sus 25 años tiene dos hijos quienes también esta contagiados.
María y Raúl, de 4 y 6 años respectivamente, son los pequeños afectados por esta enfermedad, ellos aun no son conscientes de su situación y piden salir a jugar con los demás niños. No pueden llevar una vida como todos porque las personas no los ven como normales. A donde vayan siempre alguien les mira de reojo y “tener tantas miradas encima es muy vergonzoso” dice llorando la madre de los niños.
Ellos sienten que la sociedad los ha obligado a aislarse, no les dan trabajo, no pueden trabajar por su cuenta. Viven de la solidaridad de La Divina Providencia, un centro médico dedicado a apoyar a personas con esta enfermedad.
UNA DIVINA PROVIDENCIA
Esta familia vio una luz en su camino cuando acudieron a “la Divina Providencia”,  centro médico social que se dedica a combatir la TBC desde 1993 en Manchay y es a  través de esta labor que la familia viene siguiendo un tratamiento para acabar con la TBC MDR.
Esta institución cuenta con un comedor para pacientes con TBC, lo cual hace que el tratamiento sea más controlado. Ellos les proporcionan además los medicamentos gratuitamente.
Además cuentan con talleres de corte y confección  así como talleres de manualidades para quienes no tienen ningún grado de instrucción. De esta manera pretenden apoyarlos pues pueden aprender diversos oficios para que produzcan en casa y  luego vendan sus trabajos manuales o sus confecciones.
La labor que realiza todo este equipo es impulsada por la doctora Guadalupe Lescano y por el padre René Roschy, quienes día a día impulsan y convocan el trabajo de los voluntarios, tan importante en estos casos para un adecuado tratamiento.
Guadalupe Lescano dice “sin el personal voluntariado no podríamos realizar todo lo que nos proponemos porque son ellos quienes chequean que el tratamiento se lleve de la mejor manera. Convocamos  los jóvenes y pobladores de Manchay a participar de esta actividad que a mi parecer es muy provechosa porque evitamos que mas manchaynos se contagien”.
UNA SIGLA QUE DA MIEDO: MDR
La tuberculosis multidrogoresistente es conocida por la resistencia que presenta ante los dos principales antibióticos usados contra esta enfermedad. El tratamiento dura casi un año y se necesita por lo menos 7 antibióticos y un inyectable al día. En el Perú hay 1.708 casos de TBC - MDR.
Sin embargo existe otro tipo de TBC que ha avanzado silenciosamente: una cepa potente a la que no le afecta ningún antibiótico: la XDR, extremadamente resistente.
“El Estado Peruano invierte por cada paciente con TBC simple US$160. Si es un paciente MDR el monto alcanza los US$3.500. El tratamiento de un XDR supera los US$25.000”, según Oswaldo Jave, coordinador de la estrategia de lucha contra la tuberculosis del Ministerio de Salud y uno de los médicos que más ha estudiado esta enfermedad.
Además cabe resaltar que un enfermo sin tratamiento puede contagiar a 15 personas en un año. Cada 3 o 4 horas alguien enferma de TBC en el Perú. Es por ello la importancia del tratamiento y las recomendaciones para evitar que el bacilo de koch se expanda. Debemos llevar una alimentación adecuada, basada en carbohidratos, vitaminas y minerales, verduras y proteínas. Además debemos de mantener los ambientes ventilados, ventanas abiertas y con una circulación del aire regular.
Esta familia contagiada de TBC solo son un ejemplo de los muchos casos que existen en el Perú, algunos aun más críticos. Es por ello la importancia de un diagnóstico anticipado de la enfermedad para así iniciar un tratamiento adecuado y a tiempo. Esta enfermedad es contagiosa pero no incurable, solo depende que tan pendientes estemos de nuestra salud. 

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